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880 Jl·.SLJ~ 1 LJCA~ RODRl(ó lJI•/. (,AR< IA peregrina. Les respondió que a R oma a obte ne r la licencia para fund a r un convento de carme litas. L as monj as le respondieron s i la quería de capu– chinas. E lla les respondió que tanto le daba uno que o tro, pero que si lo conseguía, habían de dar la palabra de ir a fundar y q ue e lla misma ven– dría a buscarlas. Doña Cata lina quedó conforme y marchó en busca de las licencias. Vi– niendo ya de vue lta y obtenida la licencia de la ciudad, e ntregó los papeles a un procurador, q ue los extravió. Estuvieron ocultos s ie te años, hasta que se ha llaron e n poder de un a bogado. Dicha señora, con e l conjunto de sus casas y otras que agregó, fundó este convento, e n el lugar llamado del Arenal. El huerto que te nían las mo njas llegaba a l mar. En La Coruña había una capilla de Nuestra Seño ra de las Maravillas; ésta fue la primera iglesia que tuvieron las madres fun – dadoras hasta que hicieron la nueva. Ante riormente la ocuparon unos er– mita ños, discípulos de san Gracio, cuya imagen se venera e n la ig lesia de este convento. E n e l mes de octubre de 1683 salieron las madres fundadoras del con– vento de Madrid. A su paso por Santiago, donde llegaron e l 29 de octubre, se alojaron e n e l mo nasterio de San Payo, de las Benedictinas. E l 1 de no– viembre llegaron a La Coruña. Mientras se terminaba de acomodar el con– vento de la calle de Panaderas, se hospedaron e n e l convento de las clarisas de Santa Bárbara. Una vez llegadas al convento, cantaron las Completas y la Salve a la Stma. Virgen, quedando en clausura. Era e l 20 de noviembre de 1683. Todas las ca– lles esta ban con colgadu ras como el día de l Corpus, con música y repi– cando las campanas. La Coruña se vistió de fiesta aque l día. El año 1688 se edificó la iglesia, a l qui nto año de la fundación de este con– vento de la Natividad de Nuestra Señora de las Maravillas. E l año de 1707, e l 3 de agosto e n concreto, fue la bendición de la iglesia. La bendijo e l Excmo. Sr. D. fray Antonio de Monroy,Arzobispo de Santiago de Compostela . El 21 de e ne ro de 1809, los franceses e ntran en el convento y ponen guar– dias durante 48 horas. E n este mismo mes y año, las clarisas de Santa Bár– bara tuvie ron que venir a l de las capuchinas. En agosto de 19 LO, se marcharon las clarisas de Santa Bárbara a su con– vento. Más tarde, con motivo de haber e ntrado e n La Coruña las tropas fra n– cesas desde e l 21 de febrero de 1820 a l 21 de agosto de J 823, fue ron expul– sadas las cla risas de Santa Bárbara, que volvieron a ser acogidas por la comunidad de las capuchinas, otras fueron acogidas e n u na casa q ue les fa– voreció la Colegiata. En las dos ocasiones que estuvieron las clarisas con las capuchinas, aq ue llas ocuparon el coro alto y la enfe rmería para sus rezos y descanso; estaban presentes en el coro, cuando la vidriera cayó al coro hajo a causa de un bombardeo.

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