BCCSAL000HEM-EF-101100000000000

111 1, 1111'1 111 11 1 1 11 J 1t 1 1 \l'l l( 11 INOS Ul' 1 ¡\ l'HOVll'lll 111 1 ,AI II( \Jl!I ! I JJ!A/ON lll• J l•Sll!-> Dh C'i\S I 1111\ 8/ 1 rrio. Desean elevar el ni vel cultural de la gente con clases de lengua, c nsc– nanzas sociales, e tc. España se está urbanizando con gran rapidez; la gente de los pueblos se dirige a las ciudades que prome ten una mejora notable en la calidad de vida: más trabajo, más hospitales, mejores escuelas, e tc. El P. Ángel Infestas participó desde aquí en el primer encuentro de en– señantes de Castilla-León, hablando por la radio varias veces. Estas mini-fraternidades se han visto en la Provincia como un fracaso de– bido a que varios de los hermanos que las componían terminaron por salirse de la Orden. Lo cierto es que se intentó algo nuevo en un tiempo de cambios no ex– plorados, de historias inciertas especialmente tras la convulsión que sig– nificó para la Iglesia el Concilio Vaticano II que estuvo, a su vez, dentro de un rápido movimiento de desarrollo social, político, industrial, urbanís– tico, comunicativo, de pensamiento, etc., sin precedentes en los siglos an– teriores. Fraternidad de Villasabariego Formada por he rmanos no clé rigos en este pueblo de León. Estas expe– riencias no duran muchos años. Ésta, por ejemplo, terminar á en 1977. La for– maron los hermanos: Demetrio Lázaro, José González de Yudego y Conrado Molinero. Fraternidad de S. Miguel de Esca/ante Fue ésta o tra de las minifraternidades que se fundaron en los pueblos. Las hubo también en barrios de ciudades. Lo mismo que la an terior fra– te rnidad de Yillasabariego, tuvo un plazo concedido, relativamente breve. En reunión definitoria) del 3 de marzo de 1973 se recuerda a los he rmanos de esta presencia que el tiempo concedido para esa vivencia, ha fin alizado. Estas minifraternidades tuvieron encuentros en lugares como en Tablada (Madrid) para intercambia r experiencias, pareceres, proyectos dentro de un clima de convivencia. Capellanías de l nmigranres Hubo un grupo de hermanos que se decidieron a trabaja r entre los emi– grantes españo les que tuvieron que ir a otros países en busca de su sustento y el de su familia. En los años cincuenta y sesenta, muchos obreros tuvieron que dejar i.u pal I in para ir a ganar un sueldo mayo r que el que se podía dn1

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz