BCCSAL000HEM-EF-101100000000000
840 füSUS I.UCAS RODRl(; Ul~Z GARCIA a Madrid. Los capuchinos de Sevilla pusieron pleito pidiendo dicha imagen, ofrecie ndo a los trinitarios lo que les había costado. Mie ntras, e l Duque de MedinaceU, bienhechor de los capuchinos, pidió a éstos que suspendiesen el pleito por el afecto que tenía a aquel convento de los trinitarios de Madrid, cosa que hicieron de inmediato. E n ese año de 1681 , e l emper ador de Fez, Muley l smael, tuvo benevo– lencia con los s itiados, dando libe rtad al Gobernador de Mámora, a su es– posa, a Ba rtolomé de la Rea (que le ha bía tocado e l parlamentar con las tro– pas musulmanas), a sus dos sobrinos y a los dos frailes capuchinos capellanes de la plaza, Andrés de la Z ubia y Je rónimo de Baeña. E l P. Andrés de la Z ubia, a l llegar a España. escribió una carta al Rey y o tra a l Consejo de Guerra expo niéndoles la triste situación de los cautivos. Movido e l Consejo de G uerra por estas cartas del P. Andrés de la Z ubia, se ofreció a pagar a Muley Ismael tres mil doblones para recatar a los cautivos e imágenes que estaban en la ciudad de Mequinez. Los trinitarios descalzos fueron los e ncargados del rescate. R escataron cautivos e imágenes de las ciudades de Mequinez, Fez y Tetuán en el año 1682. Los encargados de dicha misión fueron los PP. trinitarios Miguel de Je– sús María, Juan de la Vis itación y Martín de la Resurrecció n. En esta salida se redimieron 211 cautivos, 17 imágenes y los obje tos sa– grados que los mo ros se habían llevado de Mámo ra. Las imágenes habían sido ultrajadas con todo tipo de escarnios e n la ciu– da d de Mequinez. Para parar con aque l tipo de sacrilegio, un trinitario que estaba e n aquella ocasió n por dicha ciudad, fr. Pedro de los Ángeles que re– sidía por aquellas tie rras para dar alivio y consuelo a los cautivos, se acercó a l Rey moro, o frecié ndose a rescata rlas por d inero, fiado por la Providen– cia divina. El Rey, al ver las lágrimas del fra ile, le permitió que recogiese las imágenes pero advirtié ndo le que como no las pagase, le haría quemar vivo. Al pagar e l rescate los trinitarios, fueron trasladadas de Me quinez a Te– tuán . A fines de 1681 las llevaron hacia Ceuta. E l 1 de e nero de 1682, con gran a legría las recibieron los españo les de la plaza de Ceuta acompañá n– do las por toda la ciudad y llevándolas a l convento de los trinita rios en donde se cantó e l "Te Deum" con toda solemnidad. No sabe mos lo que pagaron los trinitarios por la imagen de Jesús Naza– reno. La leyenda dice que puesta la imagen en una balanza con 30 monedas de plata, se equili bró. Ante e l porte nto, R osaura, dama del rey Muley, con– vertida secretamente a l cristianismo, no les cobró nada po r la imagen, dán– dosela al mome nto a los frailes trinitarios. Las imágenes rescatadas por los trinita rios vinie ron de Ceuta a G ibral– tar. De all í pasaron a Sevilla. De Sevi lla las traslada ron a Mad ri d. al onvc 11to ele los trinitarios descalzos, con e l fin de desagraviarlas po , lni- in 111110 , que les había n hecho.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz