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(10) fueron, Ó son; y 0s contestarán, que las prome- sas del Señor son infalibles, y que Protector est omnium sperantium in.se. Buenos testigos son Abraham , Isaac, Jacob, Moyses , Josué, Elías, David, Judith, Esther, Job, Pedro, Fran» cisco, Domingo.... Pero.... ¿donde hay tiempo bastante á su guarismo? ¿Ni para qué OLros, ni testigos ausentes, quando existe España, y vivis conmigo en autorizada restauracion Capuchina vosotros, que por un nuevo Aman estábais en el borde de la extincion y al pie del patíbulo? Decid pues ya, y dad confesion landatoria con toda la España al Dios grande y único de vuestra salud, cantándole con J udith, y entonan= do: Dominus conterens bella, Dominus nomen est illi. No es ya Judith, no es Wellington, no son los Diputados en Cortes los salvadores de Es- paña y del Monacato; son sí meritorios instru= mentos, y executores de los designios adorables del Dios que veneramos, cuya gracia y-benigni- dad convertida hácia nosotros por la exénta Es= ther María Santísima inmaculada, se dexó ver y apareció de muevo hasta salvarnos en restaura= cion: apparuit gratia.. apparuit benígnitas Sal vatoris nostri Dei, Pero, amados nuestros, padres, y hermanos; reflexionemos; detengámonos en séria medita- cion de que esta nueva misericordia, esta abun. dante gracia, esta magnifica benignidad no la hemos de: celebrar con las estériles frases de nuestras lenguas. No frustremos ni hagamos in- Íructuosos los preceptos de: ese' mismo benigno

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