BCCSAL000585-G-31p09d00000000

- . . 5 ¿los Pueblos en que están los Conventos de $u Presidencia , sin conocido perjuicio suyo; no obstante si se consideran bien las obligaciones de un Capuchino y las circunstancias en que se le one, se. advierte luego que nos tendria mas cuenta abandonar del todo los Conventos que no podamos ocupar con el número de Religiosos suficiente para que en ellos se observe nuestra discipli- na regular. Nuestras leyes , USOS y costumbres están en oposicion con el nuevo método de vida que tienen que observar necesaria- mente. Y no resultando á nuestra Corporacion otro interés de esta disposicion, que la conservacion de dichos Conventos, cree- mos menor mal consentir que padezcan éstos algun detrimento, que exponer á nuestros Religiosos á que olviden las obligaciones de su profesion viviendo sin el freno de las observancias de la disciplina regular propia. de nuestro instituto. Sin embargo esta= mos dispuestos por nuestra parte á conformarnos con lo que dis- pongan y determinen las superiores autoridades. Padres y Hermanos Carísimos , de poco ó nada servirá que hayamos recordado, prevenido y dispuesto cuanto despues de dias tan malos como los pasados, y en la situacion que nos. vemos, he- mos creido convenir para restablecer en nuestros Conventos la disciplina regular y ser útiles 4 los Pueblos sin perjuicio de vues- tros propios intereses espirituales y de muestro buen: nombre, si vosotros no correspondeis á fines tan saludables é interesantes. El demonio enemigo declarado de nuestra verdadera felicidad su- gerirá dificultades que avalorará el amor propio. Mas si no que- reis olvidar las obligaciones de vuestro estado y profesion re= ligiosa, wi las promesas hechas por Dios á los que son fieles en cumplirlas, en las violencias que os hagais para resistir al ene- migo , y vencer las repugrancias del amor propio, hallaréis el consuelo, la satisfaccion y la alegria verdadera que el mundo no puede dar á sus necios amadores , y que no niega ni sabe escasear el Señor á los que aman su ley santa, y por su amor se abra- zan gustosos con la cruz de la mortificacion , y le siguen al mon- te de la Oracion por medio de las observancias Religiosas. Acor- díos de aquellas memorables palabras de nuestro dulce Reden- tor Jesus: el Reino de los Cielos padece violencia , y los vio- lentos le arrebatan. Los violentos , esto es, los que se hacen fuer- za á sí mismos; los que no se dejan arrebatar de la fuerza del mal ejemplo, hábito ó costumbre ; los que se hacen superiores á sí

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz