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ay 7 ¿2 as “ gomision por esperimentarse escasez grande de gra= nos, y temer mucho consumo de los comarcanos que :acudirian, ¡le llaman en fin, y habiéndose des- poblado los pueblos vecinos , se consumieron en los tres dias cuarenta y siete fanegas de trigo , cuando el gasto de solo los vecinos de la villa debian ser ciento y cincuenta. Pero no peregrinemos para bus-= car prodigios de esta clase. Hace tres años que en esta ciudad entregó el Venerable á la hermana Maria An- tonia de Jesus Tirado tres fanegas de abas para re- partir á los pobres , echándoles su bendicion, y des- pues de haber dado infinitas, de haberle remitido al Venerable varias espuertas que pedia cuando no tenia que dar á los pobres, de haber distribuido gran multitud de ellas para enfermos , que con sola una se escusaban de llamar al facultativo, ellas no se -aminoran, y duraron despues algunos años. Lleguemos ya , aunque cansados, á dar la últi ma pincelada á este lienzo prodigioso. de la admira- ble vida del venerabilísimo Fr. Diego , espongamos la última prueba de su virtud en referir su dichosa muerte. Podemos decir que la venida del Señor no cogió: desprevenido á este siervo fiel y prudente. En efecto, cuando estaba trabajando aquella obra en digna de él solo , aquella obra que tan- lado al monarca de la tierra, al od con tres coronas en la calbbia y visible de la Iglesia, y 4 la misma persona del que la trabaja : aquella obra en fin, que si os digo el tí- tulo y reflejais quien la. escribia, llorarcis de dolor por no verla en vuestras manos; de un golpe: Er. Die- go de Cadiz estaba escribiendo la Defensa del P:pa - y de los derechos de la Iglesia, del Rey y su monar- quía , y de su misma persona que le notaban de Anas baptista , cuando Dios aplica la segur á la raiz del . árbol. ¿Ojo juicios incomprensibles de la: divina ipro- videncia! ¡ó, abismos impenetrables A ladecida a A e RT . . A > A A A A n . . er 2 o .. AA OS ls $ E A

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