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DE LA CONFESION SACRAMENTAL. 75 ela: confésion entera de los pecados, y que de derecho »divino es necesaria á todos los que han pecado despues sde haber recibido el Bautismo; porque estando nues- »tro Señor Jesucristo para subir de la tierra al cielo »dexó los Sacerdotes sus Vicarios como por presiden- ntes y jueces á quienes se denunciasen todos los pecados smortales en que cayesen los fieles cristianos , para que «con esto diesen , en virtud de la potestad de las llaves, »la sentencia del perdonó de retencion de los peca- =dos. Consta pues que no han podido los Sacerdotes “exercer esta autoridad de jueces sin conocimiento de la - »causa, ni proceder tampoco con equidad en la impo- esicion de las penas, si los penitentes solo les hubie- asen declarado en general , y no en especie € indivi- »dualmente sus pecados. De esto se colige, que es ne- »cesario que los penitentes expongan en la confesion »todas las culpas mortales de que se acuerdan des- "pues de un diligente exámen , aunque sean absolu- »tamente ocultas, y solo cometidas contra los dos múltimos preceptos del Decálogo ; pues algunas veces »dañan éstas mas gravemente al alma, y son mas peli- sgrosas que las que externamente se han cometido. "Respecto de las veniales, por-las que no quedamos »excluidos de la gracia de Dios, y en las que cacmos »con frecuencia, aunque se proceda bien, provechosa» »mente y sin ninguna presuncion , exponiéndolas en la »confesion, como lo demuestra el uso de las perso- «nas piadosas; no obstante se pueden callar sin culpa, K 2 '