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a DOCTRINA “IVe 01 y trampas. Hablemos: de: buena fé, y no nos obstinemos en la defensa del error y de la maldad ;.¿ podremos jjui ciosamente. persuadirnos que todos estos y otros inn E merables tienen un propósito universal! No parece pos sible: Si le tuvieran procurarian enmendarse de todos. los vicios , tomarian-todos los medios necesarios par A ello, y no veriamos tantas conversiones mancas-ó á me E dio hacer por falta. de la firmeza, de la pS ; y de la eficacia: de los propósitos. ** + Cabalmente es esta la última de las ilfciones que: P me restan explicar. Y ella es, á la verdad , como la pie- dra de toque que nos hará conocer si nuestro propósi. | to es tan bueno como debe: ser.«En- vano , carísimos. oyentes mios , haremos mil promesas 4 Dios y sus Mi- h nistros: en vano nos diremos á nosotros mismos que es menester vivir virruosamente y separarnos para siempre É del pecado, si no tomamos las: medidas convenientes ;:si E rehusamos las que se nos prescribe , Si pretendemos vi- E vir siempre en las mismas compañías que nos han perdi do, navegar los mismos mares borrascosos en que hemos naufragado: en suma, si nos arrojamos temerariamente4 - Jos mismos peligros de ofender 4 Dios. Si-4 pesar de los prudentes consejos de un Confésar, no queremos sacrif- car nuéstras pasionesy.ni emprender nada para asegurar nuestra perseverancia, no sera temeridad asegurar que no estamos verdaderamente: convertidos. La prueba es evidente, porque el que desea un fin con eficacia, no so- do quiere remover todos los obstáculos que embarazan

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