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DEL PROPOSITO DE LA ENMIENDA. 63 Ninguna. ¿No se avienen bien el conocimiento de nuestra flaqueza , como acto del entendimiento, con la verdad del propósito que es acto de la voluntad? Cier- to es que sí. | Mas lo que ahora conviene mucho considerar, es que este asunto no es de solas palabras, sino de obras,y para que éstas correspondan 4 aquellas en que proponiamos enmendarnos firmemente , universalmente y eficazmen- te, debemos explicar y entender en qué consista esta firmeza, esta universalidad , y esta eficacia del propó- sito. Oidme: Si todos los cristianos estuvicramos acos- tumbrados 4:-meditar las grandes verdades de la santa religion que profesamos, facilmente comprehenderia- mos que la divina gracia es el mayor bien de .quantos podemos poseer sobre la tierra, Ella es el fundamen- to de la vida virtuosa: con ella se mantiene la amistad de Dios, y se adquiere el derecho á la herencia del reyno «de los cielos: con ella se hacen los hombres hijos de Dios, templos del Espíritu Santo, y miem- bros vivos de Cristo, que participan de todos los bie- nes de la Iglesia : con ella se restauran y vivifican las obras buenas que el pecado habia amortiguado y obs- Ccurecido , se hacen acciones virtuosas, meritorias de vida eterna , y el alma que la posee es un objeto agra» dable 4 Dios, benéfico á los hombres, y terrible á los demonios. Con estas ideas de la gracia, y las que de- bemos tener de la culpa , mirándola como el único, el solo y sumo mal de quantos pueden acontecernos ; mal

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