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DE LA QUINTA, DOMINICA. 42 1 7 ¿Quándo hemos de limpiar cón las lágrimas las manchas de nuestras culpas? Dios nos, manda que sea Juego, :2ho- ra mismo, én Esté corto. tiempo, que está con nosos 1105, moviéndonos con los auxilios de su gracia, y nos amenaza que det cóntrarió sé ausentará de NOSORFOS, nos dexará sumergidos en el pecado, y nos abandona-= yá para sicmpre; ¿Quíeretis me, eh non invenietis. ¿2 Y qué responde el pecador? Qidlo, y estremeceos, Yo, dice, perdí la inocencia , es verdad. Si me he de salvar, tE ha d e ser por la penitencia: esta aipnicrbata ERRE pués del nau- ¿as iS" deo má convida añora con miseri- ¿ora “Dios quieto qué sea legos pero mis pócos años, mis pasiones, mis asuntos temporales, mis diversiones, , Pub lacéré ¿ del inúundo me aman con mucha fuer- A Yo Inc Convera” pero será des] pues + “allá para la vejez, quindo. mis pasiones. se "hallén pe vivas , mes ños pujantes mis apetitos, y quando las cosas del mun=, do mé atrastren con menos fuerza. Entonces será tiem- 0 .. po O oportuno * para buscar a Dios - y conyertirme. ña, qué cemeridad ésta tan digna de Morarse con e grimas de sangre! Este será cl asunto de este utilisi- mo Sermoh. Ti temeridad del pecador q ue. dilata su. conversion Copera el precepto del Señor, que, dice: Ne tardes convertere ee Dominum, e ne differas... | Des: ada SOBRE NÓ dla LA PENITENCIA: A : | |
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