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400 AOL YCERNS 42 39 do. ¿Dónde pues tienes:»esa agua que mé ofieces?;¿Aca so. eres tú mayor que nuestro padre Jacob,:que bebig de cste pozo con sus hijés y: sus ganados? Respondió su Magestad : todos los que beben del agua de este pozo; vuclyen* despues: 4 tener sed; pero el que bebicre-del agua que yo le daré, no tendrá sed eternamente, por que mi agua formará en él una fuente viga que le du. - rará para siempre. ¡Ah:Señor! dixo entónces la Samas ritana; dame esa agua para. que. yo no; tenga: sed, ni necesidad de volver aquí por agua. Está bien, replicó su" Magestad; pero Hama primero 4 tu marido. No, le | tengo , respondió inmediaramente la Samaritana. Hablas verdad, lá dixo Jesucristo: has tenido cinco: amantesy ninguno era tu marido ,-y el que ahora tienes tampoco lo es. La Samarirana viendo que saquel hombre conos cia todos los" desórdenes de su::corazon, y toda la torpeza de su conducta, exclamó: veo, Señor , quetú eres Profeta. Y dando lugar en su aloa 4 las operacios nes de la fé, y la divina gracia que cficazméntc la lla? maban; manifestó. la enperónza que tenia del Mesías prometido en. la ley, ¿4 cuya doctrina se soimecteria; y. diciéndolá Jesus clara: y determinadamente:. Ego sum qui loquor tecum. Yo soy esc: Mesías que esperais. Yo. qué estoy hablando contigo. Yo soy: ese mismo: Ego sui. Convertida 4 Dios ¿muestro Señor la feliz Sámari- rana, dexó el gántaro que habia traido , y marchó a Sa- maria dando. voces, :y diciendo á sus pr. ye ha- -bia' hallado: al Mesías. EY Ens i10 09 200 DA

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