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A DE LA TERCERA: DOMINICA. - - 399 aes 4: la voz del ¡Omnipotente se presentan saliendo del informe caos de la nada. ¡Qué Jesas tan poderoso! y ¡Qué virtud de Dios! ¡Qué Dios de Dios! ¿Y este Jc- sus se fatiga? ¿Este divino Verbo se sienta farigado? Sí, amados oyentes mios. Porque este Verbo se hizo carne: este Dios tomó la naturaleza del hombre: tomó sobre si nuestras enfermedades y miserias, fuera del pecado: tuvo hambre como hombre verdadero, tuvo sed E tuvo - necesidad de vestido, de alimento y de sueño, y se fa- 0 - tigaba en los caminos como los demas hombres. No se- be paremos e sa des pedos necesarias para nues- cion. Era Dios omnipotente, y era hombre mor- tal: cra Hijo del eterno Padre, y tra Hijo de María Vír-- gen. Sin la firme confesion de ámbas verdades es ine- vitable nuestra ruina eterna. Hallándose pues nuestro amantísimo Redentor. Jesus sentado con fatiga junto al pozo de Sichar, vino. na muger Samaritana con su cántaro por agua. Luego que la sacó. del pozo, la dixo su Magestad: dame de beber. Miróle con atencion aquella muger, y conociendo que era de Judea, con quienes los Samariranos no trataban, le respondió : extraño mucho que siendo t% Judío, me pidas de beber á mí que soy Samaritana. Respondióla entónces Jesus, y dixo: si tú supieras el don de Dios, y quién es el que te pide de beber, acaso 1ú. misma le harias 4 él esta peticion, y él te daria una agua viva. No sé como pueda ser eso, dixo la Samaritana, porque no tienes con que sacarla, y el pozo estámuy profun- A EE A 2 a E, AN 2 E E A E AS o A i h |. o o o

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