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| DE LA PRIMERA DOMINICA» 367 — Desconocen las cosas «1as obvias y mas tribiales, no ven los prodigios mas estupendos, y sobre nada reflexionan de. quanto pudiera conducirlos a: su: verdadera felicidad. En. el Sacrosanto Evangelio tenemos un ¡lustre testimos. nio de esta verdad. Acaba muestro amable Salvador Je= sus de: hacer un prodigio admirable con un hombre que se hallaba ciego, mudoy endemoniado. ¡ Triste: y des- -— graciada situacion ! Poscido de los malignos espíritus ha- cia desconcertadamente todas sus acciones, Nada veía F por su ctguedad que: pss spesalala: y 2 nadic,'por estar mudos podia pedir socorto. ¡Estad deramen- e ara e el Señor,y o paeccdo de aquel infeliz , y al imperio de su palabra omnipotente, los de- monios huyen, el ciego cobra: la vista perdida, y em- pieza 4 hablar con la mayor expedicion. Espárcese in» mediatamente la noticia ide-aquel prodigio p r todo el - pucblo; hablan todos de un acontecimiento tan extraor- -dinarios y quando los Fariseos:, como hombres instrui- dos, debian conocer el dedo de Dios, el poder de Dios, el espiritu-de Dios, en.aquel estupendo milagro , le atri- buyen al poder de Satanás,y aseguran que por arte del demonio le habia obrado. ¡Qué ceguedad de entendi- miento !-¡ Qué dureza de corazon! Los Escribas por:otra parte abrasádosde:la maligna envidia, aparentandojgno- rar lo que todos-publicaban, se acercan: l Salvador, y con un respetó aparente, y disimulando su malignidad, le dicen: Magister , volumus 4 te:signuni videre:::Maes» tro , queremos verte hacer algun milagro.:Sudivina Ma-