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330 DOMINGO 11. mirado , me ha hablado al corazon, me llama con (q. riño , me previene con su misericordia, yo no quiero resistirme mas 4 su bondad. Vamos inmediatamente ¿ ofrecerle el corazon , para que su gracia le purifique, su espiritu le reforme , y su amor le abrase. Con estos sentimientos saludables salió de su retiro la Magdalena para arrojarse a los pies de Jesucristo llena de eo penetrada de dolor, y bañada en lágrimas. ¡Admirable resolucion, señores! Sin duda alguna podemos afirmar que estaba vinculada en ella la felicio dad eterna de esta dichosa muger. Si hubiera dexado pas sar en vano aquel auxilio: si mo hubiera correspondido entónces al divino llamamiento, acaso hubiera acabado la vida en su pecado, acaso aquella sola culpa de omii sion hubiera puesto: el sello 4.su reprobacion eterna. ¡0 Ñ juicios. terribles de la: ciencia y sabiduría de: Dios, qué dignos sois de todas nuestras atenciones! Pero Magda» lena, ut cognovit, como dice el sagrado Evangelio, apé= nas supo. que:sú Magestad estaba convidado aqueldia 4 comer en: casa de un hombre principal, quandosin balancear un punto, ni reparar en la multitud de gente que habria en aquel convite, ni reflexionar que aquella parecia una hora poco á propósito para manifestarse arre pentida, ni detenerla el qué dirian todos los convida- dos al ver su repentina conversion: pasando, digo , Mág- dalena por encima de todos estos «respetos humanos, toma un vaso de alabastro lleno-de exquisito y oloroso ungiiento, marcha 4 la-casa del convite, éntra en la sala; €

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