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. | - DE QUARESMA. 54Y infamia , mi desnudez , mi hambre y las demas miserias que padezco. Padre, pequé; el cielo es testigo de la sin- ceridad de mi arrepentimiento, y de lo intenso de mi pena. Me habeis de perdonar, padre mio ?*¿Por qué no, _jesponde el padre. ¿Quándo he dexado yo de admitir un arrepentimiento verdadero? Tus lágrimas, tu pena y tu dolor te han agenciado mi amistad. Vamos, hijo mio, 4 casa para que te: calces, te vistas y alimentes, pues de todo tienes necesidad. Volvieron, y el padre di- xo 4 los criados; sacad prontamente el vestido mas rico, «isponed el mejor calzado, preparad el convite mas ex- ¿pléndido, convidad 4 los:amigos, buscad músicos , y ha- -gamos todos fiesta porque tenia un hijo perdido, y hoy Je he hallado: se me habia muerto, y hoy ha resucita- do: Quia frater tuus bic mortuus erat, et revivit: por rierat, et inventus est. | ¿No veis, amados mios, la inmensa utilidad de apro- vechar los momentos quando Dios llama? No temo re- -—petirlo. Si el hijo Pródigo no hubiera respondido 4 la voz de Dios en aquel instante, ni hubiera vuelto 4 la casa de su padre, ni saliera jamas de su infelicidad. ¿No veis cómo esta sabia conducta condena la temeridad de de los que contra el mandamiento de Dios tardan en convertirse , y dilatan de dia en dia la penitencia? Esta temeridad quisiera yo demostraros, para: que oyendo vosotros hoy la voz de Dios, hoy mismo os volvierais de todo vuestro corazon 4 vuestro Dios.... 8zc. ; SERMON SOBRE NO DIFERIR LA PENITENCIA.