BCCSAL000584-F-13000000000000

) , 1 Ñ DE QUARESMA. 313 gras y largas sus uñas , encorvado el cuerpo sobre un | palo , mirando con la mayor envidia á los puercos co- “mo engullian su tosco alimento que él tanto apetecia, y nadie se le daba. Et cupiebat , dice el Santo Evan- gelio , implere ventrem suum de poro et nemo illi dabat. eS EE, ——Ved aquí el estado triste e y lastimoso 4 que condu- —xeron al hijo Pródigo sus desórdenes, y ved aquí una idea la mas propia del estado 4 que conducen al alma sus pecados, con sola la diferencia de que el estado del hijo Pródigo nos causa compasion y lástima, y el de las almas en pecado apenas hay quien lo conozca. Todos “nos compadecemos del hijo Pródigo , y nadie se compa- dece de sí mismo. Nada es mas frecuente en la boca de un pecador que estas palabras: Peccavi, et quid mibi accidit triste? Es verdad dice, que yo he pecado, pe- to hasta ahora no he experimentado daño alguno: mu- - chos años ha que frecuento las mismas ocasiones, que me deleito con los mismos pensamientos, que me ex- plico con las mismas «palabras, que practico las mis= mas obras; pero no he experimentedo en mí transfor- macion alguna sensible: Et quid mibi accidit triste? He. vivido deshonesto, he injuriado 4 mis próximos, escan- dalizado 4 mi familia, omitido las obligaciones de mi! estado y de mi oficio, abusado de los Sacramentos;ze Suma, toda mi conducta ha sido, 8tc. ' a : - SERMON DEL PECADO MORTAL. AS TOM. IV RR

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz