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DE LA MUERTE DEL JUSTO Y DEL PECADOR. 253 dor por la memoria de lo pasado que le afige , por el | dolor de lo presente que le atormenta , y por el -Casti- go de lo futuro que le desespera; y que la muerte del justo fuese preciosa en los ojos de Dios por el consues- lo que le dan sus costumbres pasadas , sus alegrías pre- <sentes , y la certidumbre de las promesas venideras. Mors peccatorum pessima. Bjetiosa in conspectu Do- mini mors Sanctorum ejus. Hemos visto lo primero, procuremos reflexionar sobre lo segundo. aalccbos + MUERTE DEL JUSTO:66000 ios "dd . me 2 Acabamos de ver , hermanos carísimos , la pésima muerte de un pecador , y que la memoria de su mala conducta le afige sobre manera , el dolor de lo presen- te le atormenta al mirarse abandonado del Criador y las - criaturas , y la experiencia triste de una sentencia irre- wocable en lo por venir le desespera. ¡Horroriza y es- -panta una muerte tan amarga! ¡Una muerte tan infeliz y desdichada! ¡O qué diferente es la de los justos! Des- pues de una vida breve , pero llena de buenas obras: «despues de unos pocos años acompañados de trabajos, tribulaciones , pobreza y persecuciones padecidas por amor de Dios y por el cumplimiento exácto de sus obli- gaciones , se les llega como-4 todos los mortales el rér- mino de su peregrinacion sobre la tierra. El testimonio de su buena conciencia es , como decia San Pablo, to- da su gloria: su buena conciencia produce en el alma

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