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2 DELA MUERTE DEL JUSTO Y'DEL PECADOR. 235 que deben sufrir las cosas dudosas ,Ó que se deducen - delos primeros: principios por interrumpidos y dilaca= os raciocinios. La muctte ¿amados oyentes mios , el gérmino de nuestra vida, la separacion de nuestra al. a y Maestro cuerpo , me parece seguramente de esta - dase. ¿Hemos nacido? «Vivimos sobre la tierra? Infa- diblemente moriremos. Esta es una verdad notoriamen- te cierta, que cada dia tocan los “sentidos, que -confie- an todos los pucblos , y publican todos los lugares y todos los siglos desde-el principio del mundo. No' hiay efugio., no" hay” tergiversación 5'ni dadas ,“nisopiniónes - envesta verdad. Los sabios y los ignorantes, "los po- | - bresyy los ricos , los vasallos y los Reyes , los jóvenes y los ancianos : en suma , todos pagarémos estetributo 4 - la muerte en el término de nuestra vida: Pór el peca- do entró la: muerte en el mundo : todos pecamos, - todos" inevitablemente moriremos : Stipendia peccati - mors ¿Pero cómo moriremiós > ¿En pecado mortal, ó en - graciode Dios? Será *muestia muerte como la de los justos 526 como la dé los pecadores?:¡ Ay! Esto'es lo incierto”:esto" lo dudoso: esto lo que debemos eon- siderar-cor la atención: mas profimda. Así cómo l6s:jus- ” 10sy los pecadores fuérón diferentes 'eñ la vida”, lo 5e- fn'tambien en la muerte: La del justo', 4 quiet lo pa- sado», «lo presente y “lo por venit1é consuelan y ¡qué máctre ran: preciosa? La deb pecador, y 4 quien 19 por venir ¿lo "presente y 10 pasado le átribilar”, pqué muer- e tan-púsima! Pretiósa a bonspecha: Domtal mors GG 2

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