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232 SERMON IV. Señor 4 dexadlos endurecer , haganse Impenitentes, - quédense obstinados:, vean cerradas las puertas de la gloria , y oigan de vuestros labios su ererna perdicion;, Ego vado , et queretis me , et. in peccato vestro mp riemini. Hasta aquí os andiwe buscando , dice Dios, | como un pastor solícito , dindoos silvos , conducién» doos 4 los saludables pastos, apartándoos del precipicio, y aun llevándoos a mi rebaño sobre mis hombros ; po ro vosotros ingratos, OS “volvisteis necios á las. aguas És corrompidas. de los: deleytes del mundo , 4 los vedas dos y venenosos pastos de los vicios. Apliqué. entóne ces , dirá Dios , remedios ásperos: y sensibles ;. viendo que no aprovechaban los suaves y amorosos : yo te dí achaques y dolores que marchitasen el vigor y lozanía El de tu carne:: dispuse la 'pérdida ó im nucion de 1u har cienda', permiti discordias , pleitos y enemistades con que se perdiese la amarga paz que gozabas , y clama- ses acongojado al cielo: puse á tus ojos muertes repens tinas, deshonras y enfermedades, para-que á vista de tu peligro, 4 la presencia de un eterno inficrno se acar base tu frialdad,> y se ablandase tu dureza; más pot- que nada de-csto bastó para reducireé ¿y ni en el cis lo:ni cn: el inficeno veo: mas remedios que aplicarte,, es fuerza, 4 pesar de mi amor y misericordia ,. que yo mec aparte de tí , pues así lo quiere tu obstinada volun- tad 5 yo:me voy , alma ingrata, yo me voy ,-quédate. para siempre en tu' pecado :e et. nm e vestro moriemiid. > Sn A se '

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