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SOBRE EL DESAMPARO DE DIOS, áC. 223 De esta facilidad de obrar mal se sigue.la seguridad con que el miscrable pecador en medio de tan repeti- das culpas vive, 4. su parecer, seguro en conciencia: Ex» cecavit illos malitia eorum:: le ha cegado su malicia; esto es, se ha adherido: pertinazmente 4 sus pasiones: éstas han disminuido la luz de la ley y la razon: Dios ha suspendido tambien sus particulares auxilios, y así no puede conocer el infeliz estado de su alma. Pero cui- dado, ficles, que quando digo que niega Dios al pe- cador sus gracias, debeis entender que hablo de aque- llas mas eficaces y poderosas, sin'las quales es cierto queel pecador no se convertirá; pero las gracias comu» - mesy suficientes no las niega Dios 4 ninguno: al mas PA grande pecador, y al corazon mas endurecido y mas | obstinado le da Dios siempre los auxilios suficientes, esto Cs, le da unas gracias que de suyo.son poderosas. - para poderse salvar; pero atendidas las circunstancias del pecador, no alcanzan por sí solas para hacerle sa- lir.del mal estado, y necesita una gracia mayor y so- -—bresaliente: una de aquellas inspiraciones mas vivas, penetrantes y victoriosas, sin la qual no se convertirá - Jamas; pero estas gracias tan singalares las nicga Dios al pecador endurecido, no porque quiera los pecados - - siguientes, sino que en pena de los antecedentes, por haberse él apartado de sus mandamientos, y por haber _abandonado la gracia , le abandona tambien Dios. Y así es, dice San Agustin, que Dios no endurece al pe- cador, sino que dexa que él mismo se endurezca: le » y

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