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— 192 ke SERMON TT. "er d tra alnia , que los lavó la sangre del Redentor, : qu; md tra fe es viva, muestra esperanza cierta, NUEStra q ridad vcodade il Que ¡somos templos del. Espiritu Sans | to , hijos: beneméritos-de. la Santa. Iglesia , y que con qualquiera buena obra que hiciéremos conseguimos un grande mérito en la ticrra., y un premio eterno e el. ciclo! ¡Qué' estado .tan lleno. de felicidades! ¡Qué dichoso! ¡Qué paz la del alma ¡en tal estado! A Sí. La Paz del alma es. la segunda cosa que Dios nos Ñ concede por el perdon: de nuestros enemigos. Miéntras el encono; el:rencor, la aversion permanecen en, el ale ma, agitado el corazon de estas violentas y- cumultuo» A sas pasiones , está como en un mar inquieto y altera» do, donde las. furiosas olas de dos malos pensamientos, - donde los impetuosos - vientos de'las; malas palabras, deseos y obras, á la mahera de una tempestad. deshe- cha, no le permiten un momento de sosiego. Agitado, conmovido, inquieto , anda maquinando siempre , bue cando siempre medios infames para vengarós, de sus ent migos,-ó. para eyitar sus ataques con: un ánimo cobar- | de, asustado y pusilánimes pero apénas por el amor de Jesucristo perdona a quien le injurió y. ama 4 quien le ? aborrecia , luego inmediatamente sucede; la. calma. ade borrasca , el reposo 4. la inquietud, Ja stanquilidadá la turbulercia. ¡Qué paz. entónces la de aquella almal ¡Que dulce sosiego el de aquel. dichoso' corazon ! us esté pobre Ó rico, enfermo ó. sano-,;en este; pueblo en:el otro, quele vengan trabajos-ó. experimesite alí-
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