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DE LA OBLIGACION DE” ÁMAR A LOSENEMIG. 1 79 teccion, voy a demostrar > asunto e acabo de pro- A 133 e be +» y ER 24d cie - PRECEPTO. 708 + 248 Yi Ñ at UA hombre sabio detadATT un- Dódtor de la . entre los de aquella secta, le hizo 4 nuestro amable Redentor Jesus esta pregunta: Maestro, ¿ qul es el ma- yor de los preceptos de la ley (1)? Y el Señor, sin em- bargo de conocer su dañada intencion , dió un testimo- nio ilustre de la verdad respondiéndole de esta manera: Amarás a tu Dios y Señor con todo el corazón , con to- dael alma, y con toda ta: mente. Este es el mayor y el primero de los mandamientos de la ley; y el segundo precepto, semejante al primero, es este: Amarás a tu próximo como 4 tí mismo. En estos dos preceptos se contiene 'toda la ley y la docerina de los Profetas. ¡Res- puesta digna de un hombre Dios, que baxando de los cielos 4 la tierra para ser muestro Maestro , nuestro ca- “mino , nuestra verdad, nuestra vida, nuestra luz y nues- tro Salvador ; nos enseñaba con: su exemplo y sus pala- bras la: suavidad, la perfeccion y la santidad desu die vina ley! Como el amor de Dios nos conduce 4 procu- =(1) Et interrogavit. eum unus ex el$ legis doctor tentans eum: Mepiorers, «quod est mandatin magnum in lego Yi dll; Jesus: Diliges Dominun Deum tuum ex: toto corde tuo, et in tota anima tua, eb in tota mente tua. Hoc est maximum et primun manda- tum. Secundum autem simile est-huics Diliges proximim tum si» cut teipsim. In his duobus mañdatis universa lex >. er Pro- Phete. Marth. c. XXI v. 35 egos z 2