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| DE LA ETERNIDAD. —. 165 rencias á las puertas de las Iglesias, conla: cabeza des- cubierta, los pies descalzos, la soga al cuello , el sem- blante triste y macilento, y la voz interrampida.con el. llanto? El pensamiento de la eternidad. Periclitor in eternum perire. Asombrosos solitarios de la Nittria, pasmos de penitencia de la Thebaida y el Egipto :Pafnu- cios, Arsenios,. -Hilariones ,:Stilitas, Macarios; ¿quién os movia con tanta fuerza 4 dexar el mundo, hairá los desiertos y sujetar vuestra carne con tan duras mot- “tificaciones? El. pensamiento de la eternidad. Ya lo he dicho. Periclitor án eter er ojos, dirian todos, 4 las luces de la fe: hemos presta- do la atencion de nuestros oidos 4 sus saludables vers dades: hemos visto, hemos oido «penas infinitamente mas terribles, suplicios indeciblemente mas: prolongados res Hemos abierto los e y permanentes:la feonos enseña unos tormentos eternos; ' y en su comparacion son nada nuestras aficciones, nada nuestras penitencias, nada todos Muestros rigores. Durio- ra sensi; asperiorawidi, eterna cognoví. Estas crán las palabras qne el mortificadisimo Martiniano respondia 4 su Abad quando le preguntaba el motivo de sus rigu- - rosas penitencias. He sentido:: y decia, penas mas duras, he visto penitencias mas ásperas y terribles, he conoci- do por la fe unos tormentos eternos. Duriora señsi bh asperiora vidi, eterna cognovi. ¡O admirables senti- mientos ! ¡O efectos: prodigiosos del: grande, del útil, del provechoso penisamiento de la:erernidad loo 000 Pero, hermanos carísimos, ¿ qué es me. ¿De dón- '

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