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DE LA: ETERNIDAD. TAS qué he hecho yo por vos? Me habeis criado en medio del cristianismo: me habeis redimido de la cautividad .del pecado: me conservais con vuestra adorable Provi- dencia: me dais la vida, el alimento, el vestido , el cuer- po, el alma, los bienes temporales, los bienes espiritua- les, los Sacramentos, los «Templos, los Sacerdotes , los -Confesores , los Predicadores, los: libros, los buenos exemplos , y millares de millares de otras gracias que yo no sé ponderar, ni llego siquiera á conocer: al fin confie- so que me habeis dado vuestro cuerpo , vuestra alma y vuestra misma divinidad. ¿Gran Dios, quién es el hom- bre que asi le magnificas y elevas? ¿ Y este hombre así magnificado, elevado y favorecido, qué ha hecho con tan «magnifico y grande bienhechor? ¡Ay de mi! ¿Qué he hecho yo? ¡Pequé! ¡Innumerables veces pequé! ¡He correspondido con la ingratitud mas detestable 4 un ami- «go el mas fiel, á un padre el mas amable, 4 un bienhe- chor el mas liberal, á un Redentor el mas caritativo ,'1 un Dios infinitamente bueno! ¿Y vivo? ¿Y no me tra- ga la tierra como á un monstruo de iniquidad? ¿Y no me arrojais a los abismos? ¿Y no me anumerais, Señor, a los infelices condenados que no os han ofendido tan- to como yo? ¿Qué he hecho yo? No solo te he ofen- “dido por mí mismo, sino que rodeado de mi familia la dí mal exemplo con mis malas costumbres, extravié con mis desórdenes sus almas del camino del cielo Y las <sepulté, por el descuido de mi enseñanza y correccion -en los braseros eternos. ¡O quantos infiernos es menes- TOM, 1V, T