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ES y sd AX al pn A dd A A a me.» > a men 9 ate 30 - ¿DOCTRINA TI. - diendo á Dios ilumine al predicador para que debi= damente la proponga, ilustre vuestro entendimiento, y mueva vuestra voluntad, para que útilmente la entendais; y eficazmente la practiqueis. Procurad - aborrecer el detestable abuso de aquellas personas que inconsideradamente malgastan el tiempo, que es. tan en la Iglesia esperando al predicador, en con= versaciones inútiles, en palabras ociosas, en miradas y señas nada conformes á: la santidad de aquel sa= grado lugar. No asívosotros:; no así. Persuadíos que — ademas del predicador que en el púlpito habla á los oidos del cuerpo, hay: otro infinitamente mayor, qué habla invisiblemente 4 los del alma: que con una mano mueve la lengua del predicador, y con la otra el corazon del oyente: y si vosotros cooperais á los auxilios de su gracia coa los gemidos de vuestra ora- cion, vereis fivctificar su divina palabra en vues- tras almas: porque os preparastejis para oirla con prontitud , con aprecio y con la oracion. Aquí te- neis en breve las disposiciones antecedentes, 6 lo que habeis de hacer ántes de oir la palabra de Dios. Pa- semós á explicaros las disposiciones: concomitantes, 6 lo que habeis de hacer miéntras la. esteis escus echando. | 22% La primera. disposicion es oir con cetencica, La palabra de Dios, decia San Próspero, se predica para que se erea, creyendo se entienda, entendien- do se obre, y obrando con perseverancia en el biea hasta la muerte, se consiga despues la eterna vida, Por: esta: causa es justamente alabada Santa María Magdalena, que sentada 4 los pies de Jesucristo oía sus:divinas palabras con la mayor atencion de sus sentidos y potencias. Por esto se .nos dice en el Evangelio, que el que es de Dios oye la palabra de Dios , y que los que no-la oyen ho sor de Dios. El mismo Sahto Ae bienaventurados á los.

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