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402 DOCTRINA XXX; o. SEGUNDA PARTE, | Siento haber llegado tan tarde á las grandes uti- lidades que resultan de tener un buen director es- piritual ; pero aunque sea en pocas palabras , es pre- ciso deciros que volvais los ojos 4 vuestros años pa= sados , y considereis qué infeliz vida; habeis traido. ¡Quántos pecados cometidos! ¡ Quántos trabajos ma- logrados! ¡Qué adelantamiento tan corto en el cami- no de la perfeccion correspondiente 4 vuestro estado! ¡Quánta inquietud en los disgustos de ja vida! ¡Quán- to resentimiento en las injurias ! ¡Qué impetuosas, las pasiones! ¡Qué pujantes los apetitos!, Em una pala- ra , ¡qué poco espíritu del cristianismo despues de tantos años de cristiano | ¿En qué consiste .esto? ¿Callas? Yo te lo diré. Si despues de confesaros de- bidamente hubieras. dicho al «confesor : suplico á Vm. con él mas profundo respeto, se digne dirigir mi alma , y decirme lo que he de hacer para conse- guir mi salvacion , que yo ofrezco , mediante la gra- cia de Dios, poner en práctica sus consejos: ¿qué os respondería vuestro señor Cura ó qualquiera otro buen confesor ? Ello se está diciendo: os enseñaria 4 levantar 4 Dios el corazon portas mañanas, ofre- ciéndole vuestras obras , palabras y pensamientos: dándole gracias por los. beneficios recibidos, pidién- dole perdon de todos vuestros pecados, protestan- do no volyerlos 4 cometer , y determinando tenerle presente en todas las acciones de aquel dia : encar- -garia que oyeseis, pudiendo , la santa. misa ,. y que profesaseis una viva, tierna y efectuosa devocion al santísimo Sacramento, á María Santísima , al Pa- triarca San Josef, al Santo de vuestro nombre , al Angel de vuestra guarda y á las almas del purgato- . rio. Os diria que os aplicaseis al trabajo con.un es-