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DE LA OBLIGACION DE BUSCAR , XC. 399 nario todos los confesores son capaces. Las gen- - «tes de los “pueblos pequeños , en donde no hay mas que un solo Párroco, quando con buena 6 con: sinceridad de corazon se. presentan á él, E cibizths la luz necesaria. Dios suministra á todos su divina gracia ; y si los: feligreses obráran con ella nunca estarian mejor gobernadas sus conciencias que - quando frecuentáran las confesiones con sus .pro- pios Sacerdotes, que son los señores Párrocos. Ade- más «ellos. van con frecuencia 4.los mercados y «fe- rias de las villas y lugares, en donde si lo procu- ran, hallarán quanto puedan apetecer, y su divina Magestad les envia tambien de tiempo. en tiempo las santas misiones:, en que: reciben grandes. luces para instruirse en las verdades eternas:, y se les' pre= sentan las ocasiones mas favorables para: desahogar sus conciencias, y tranquilizar su corazon... Pero aunque los dichos , por el «candor de sus cos» tumbres y por la diaria fatiga delas labores del cam- - po ó de sus talleres', y mas principalmente por vivir distantes y apartados de negocios: árduos,' dificiles - y de grande responsabilidad , no necesiten .siempre los mas sobresalientes ministros, los necesitan cier» tamente los comerciantes, los jueces, todos-los de- pendientes de los tribunales, y. quantos tienen que dar ó: conferir empleos ; sean militares, sean civiles, sean eclesiásticos. Como en todos puede retardarse ó violarse la justicia por el interés, por la amistad, por el parentesco, por el 'paisanage, por el empeño: como .en. todos, y en: cada uno puede ser perjudi- cado el próximo, desatendiendo .sus verdaderos mé- ritos por fines torcidos, ¡Ó quánta luz. es menester, para no errar ni implicarse en simonías , usuras , injusti- cias, y otros innumerables pecados! ¡Quánta medi- tacion , QuÁnta aplicacion al trabajo , quánta con- sulta es necesaria para no incurrir,en omisiones cul- e A | | | PS mi E O q a E nn