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384 ¿DOCTRINA XXIX, ¡Qué espectáculo este tan capaz de mover las en. trañas mas de bronce! Cae enfermo un artesano, yn jornalero ú otro qualquiera quese mantenga de su _ trabajo: vedle postrado en una cama, y la muger- «y los hijos sin un pedazo de pan para alimentarse, ¡ Qué dolor ! Aquel brazo útil al estado, aquella bue- na madre de familias , aquellos pobres hijos, ¿no clamarán al cielo , pidiendo el socorro que todos ne- cesitan ? Y si los que tienen noticia de su necesidad no la alivian, teniendo proporcion y. medios para ello, ¿dexará de imputárseles á pecado ? ¡ O limos- na la mas acepta á los ojos de Dios, la mas bien empleada en verdaderos pobres, la mas meritoria para quien la hace! Hacedla , amados mios , hacedla Si vosotros con los pobres jornalesos y artesanos en- fermos , y sean estos verdaderos pobres los que me- - rezcan con preferencia vuestra compasión. Otros, por carecer de bienes temporales, no po- drán hacer estas ni otras limosnas, pero podrá deberán con todos los demas asistir 4 la parroquia todos los domingos 4 la misa conventual, y ála ex- plicacion del evangelio que hará 6 deberá hacer vues» tro Párroco. Es menester confesarlo de buena fé. En esto hay mucha omision en las ciudades y lugares grandes. En unos pueblos se pasan los meses enteros sin Oir las ovejas la voz del propio pastor ; en otros, en que los. pastores predican el o bata la misa, y la doctrina por la tarde, huyen las óveyas, y se persuaden no tener obligacion de asistir 4 las fun- ciones parroquiales de misa y sermon por la ma- ñana , y al catecismo por la tarde ; y de este mal «principio [proviene que ui se instruyen-en las verda- -des eternas, ni saben sus obligaciones , ni santifican los días santos. ¿Qué dicen á esto aquellas tropas de mozos, y aun de hombres mayores, que estan los domingos á la puerta de la Iglesia ofendiendo 4 Dios,

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