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: 3 A 336 DOCTRINA XXVI. secrá el don de consejo para darle acertado y pra: dente quando se le consulte? ¿Le acompañará el don' de ciencia., elde piedad, ó el de temor de Dios? Nada ménos. ¿Podrá siquiera arrepentirse de sus pe- cados, hacer'un acto de contricion , pedir á: Dios misericordia , y recibir los santos Sacramentos , co- mo puede todo otro pecador , especialmente quan- do se halla en algun apuro 2 No señores. El vino le tiene fuera de sí, y le ha imposibilitado para to-. do bien, dexándole únicamente apto para todo mal. Los juramentos mas exécrables, las maldiciones mas feas, las palabras mas torpes, las acciones mas in- decentes, las porfias', las quimeras y los caprichos mas extrayagantes , todos son' efectos tristes de la: embriaguez. Euntrad en esas tabernas, en esas ca». sas de la destemplanza y de la gula, ¿qué veis, qué: oís en ellas? Ya lo dice el Espíritu Santo en el ca- pítulo xxtt. de los Proverbios: Cui ve ? Cui rixa?: Cui fovee ? Cui sine causa vulnera ? Cui suffusio:ocu= lorum ? Nonne his: qui .commorantur in vino , et. stus dent-calicibus epotandis ? Mirad si dixe bien poco há, que la infame pasion del vino dañaba al lma, pri- vándola dela divina gracia, de las santas virtudes, del uso de los Sacramentos, y dexándola entrega- da al desarreglo de las pasiones mas soeces y detes- tables. Pues+demos un paso mas, y veremos:como despues de perjudicar al alma, daña tambien al cuerpo. > 3 a | | 9 Daño del cuerpo. Todo el mundo conviene en que ninguna Cosa hay mas apreciable parael cuerpo que la salud y vida. Un hombre sano y robusto es un hombre fe- " líz, aun quando sea el mas pobre del universo: Un hombre enfermo, un hombre lleno de dolores, UN , hombre débil , es un desdichado ,.aun quando posea

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