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XXXI como ya lo insinué en el prólogo que puse al frente de di- cha obra: otro de misionés y doctrinas que trabajé solo por haber pasado 4 América el mencionado P. Portillo", y - “esel queal presente damos, porque así igualmente me lo mandan;y otros ordenamientos que miraban 4 la mayor rfeccion de nuestro santo ministerio. En todo he procu- rado obedecer , deseando llenar las intenciones de mis su- periores. No me lisonjeo de haberlo conseguido; porque conozco sin equivocacion, y'así lo he confesado con sin- ceridad', l pobreza dé mi entendimiento, la pequeñez de mi'espíritu, y las escasas luces que he adquirido con el'es- tudio y la piáciica de veinte y seis años de mistones, Si por estos pequeños trabajos ha hecho Dios grandes cosas, todo el mundo sabe que nada es el que planta, nada'el que riega, y solamente 4 su divi a Mag stad se debe toda glo» ria, alabanza' y bendición, párque' da el incremento, y perfecciona las obras de sus criaturas. Si por ser el primer cuerpo ó coleccion de misiones que segun este método ¿pa- rece en mi nacion, se resintiesé de aquellos resabios de ru- deza é imperfección que experimentan los demas inventos de lasiartes en sus principios ¿debemos 'esperar,y lo ape- tecemos con toda la voluntad, que otros aplicarán la subli- midad de sus talentos, y lá fuerza de su espíritu, á pre- sentar al público unas producciones dignas de nuestro sa- grado ministerio. En una palabra , el que lo supiere, ha= cer riejor, hágalo para mayor glo:de Dios, y utilidad de los predicadores y oyentes + yo seré el primero que se lo'agradeíca , y me apróveche de su trabajo': el que no llegue 4 tanta perfeccion , coniéntise con la medianía de estos sermones. | A O a - Si por desgracia se hallase alguno de tan indigesta con dicion que nada le acomidase de quanto se le presente es- Crito, nt él se aplicase 4 escribir: nise afanase y sudase por la salvacion dé las alinas ,'nise dedicase al confesona- rioó6 al púlpito, nise tomase la molestia de viajar con in- comodidad á pie, sin zapatos, sin provisiones. entregado al cuidado de la divina providencia, acompañado solamen- te de la prudencia de las serpientes y la simplicidad de las

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