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t j y z 30 DOCTRINA XXV. - porales, que por la contínua fatiga y trato de ne= gocios sérios y árduas ocupaciones insensiblemente se debilitan: y. gastan ? el mismo Angélico Doctor Santo Tomás añade, en comprobacion de esta ver. dad , quees á veces necesario el uso de esta diver=. sion para la quietud y recreacion del espíritu, y para la conservacion de la vida (a). De donde infiere tambien el mismo Santo, que jugar por divertirse, guardando el modo de e entropelia , que ordena la moderacion en los juegos »,: podrá ser meritorio: en quien tiene caridad. Ved aquí como os damos una doctrina pura, que igualmente dista de los dos ex-. tremos de la rusticidad y trubanería : una doctrina no rígida; pero tampoco laxá, sigo moderada, ra- zonable y justa. Decimos con Santo Tomás que-bay juegos lícitos:+ aseguramos con el mismo Santo, que puede el hombre, y que debe varias veces por su salud y tranquilidad. interior. divertirse al: juego; y añadimos que este juego.puede ser meritorio siem= pre que el alma, estando en gracia de, Dios ,: lo di-. rija por la razon á un fin honesto y santo. Mas para que todo esto se verifique es necesario guardar cier- tas reglas, observar varias precauciones que ofrecí para esta segunda parte; las quales hallarémos fá- cilmente, y con solo mirar los PAnR0Os: sap reeas- bles que hemos insinuado. 9 o El primero.es la pérdida de tiempo, y su.reme- dio ha de ser precisamente jugar corto tiempo. Es necesario atender cada uno al desempeño de sus obli- gaciones, cumplir con las de su estado, "su oficio y. su profesion cristiana y civil, y. luego: divertirse rarasoveces. Divertirse sí, peró el pequeño espacio Ao que sea necesario para - restablecer las $ | ¡ | | (a) Ludás est necessarius ad conservationem humana nature, Div. Tom. 2. 2. quest: 168. art. 3. ad 3. Ss | 5 EL.

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