BCCSAL000584-F-10000000000000

sus miserias por no tener un pedazo de pan, á tí he te habia de ser permitido prodigar al juego unos a ¿ bienes con que ellos deben vestirse, deben alimen- tarse, deben vivir? No tienes jamás un quarto para promover la industria de un labrador aplicado, de un artista laborioso, de un vecino enfermo de una pobre. viuda, de un huérfano desamparado, ¿y te seria lícito arrojar lasonzas de oro sobre una mesa de juego? ¡Ah! Vivias muy engañado. Eres un ad- —mivistrador, no dueño despótico de los bienes que “te concedió usufructuar el Señor. Tú debes darle cuenta muy.exácta de cómo los has invertido: si fo ha sido Segun la voluntad de Dios, tte perdiste sin re- Curio. => 4. Dixe Loba en el principio que uno de los excesos del juego era el deseo de los bienes agenos, yy ciertamente un jugador de profesion nada desea > / ¡con mas ansia que enriquecerse 4 costa agena, y elevar su fortuna -sobre-las ruinas de su contrario: con tal que les gane_el dinero, nada se le da por - dexarlos arruinados y perdidos : que los hijos pidan una limosna , que la muger perezca de necesidad, que viva en contínuas desavenencias con su marido por las pérdidas en el juego, que la casa se trans- forme en un infierno con los desórdenes , quimeras, “maldiciones y escándalos , nada importa, nada se le da al jugador, él busca, él apetece ansiosamente el dinero: consiguió apoderarse de él, pues esto basta, sígase lo que se siguiese. Es verdad que Dios prohibe desear los bienes agenos, pero este divino mandamiento no habla con los jugadores. ¿Por qué? - Por haberlo ganado, dicen ellos, licitamente. Es me- “ester responderos que esto es falso. Si la cantidad era excesiva: si el que jugaba contigo no era dueño de su dinero, ni el otro podia lícitamente per- , _CONTR LOS JUEGOS. 327 que mientras >-millares de infelices se consumen en »r,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz