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302 DOCTRINA X XIII. | quedará postradoá los pies del alma, si ella se em. peña en servir 4 Dios, y se resuelve 4 matenerse firme en su resolucion. Vamos á casos prácticos, entendereis al mismo tiempo cómo se executan los propósitos hechos en la oracion, Imaginad que una doncella, conoce con la luz del cielo en la oracion. quan conforme sea á su yir- ginal estado la modestia en el semblante y el vesti- do,el retiro y el recogimiento, la ocupacion ho. nesta y el trabajo ,:el ayuno y frecuencia de Sa: cramentos- para:superar los asaltos dela concupis- cencia , tan terriblesy formidables en la juventud; y resuelve , asistida de la divina gracia , ir practi- cando todas estas virtudes que conoce: inmediata- mente empieza la batalla. El demonio acomete con sugestiones, el mundo la embiste con sus burlasy dicterios, las pasiones, que antes parecian dormi= das , despiertan y la afligen : las criaturas, aun las mas cercanas,y parientes, con una pretendida com- pasion, trabajan por apartarla de sus santos exer- cicios , y hasta el ¡mismo Dios parece que esconde sus misericordias ¡O qué batalla tan terrible! ¡Qué baterías tan formidables para una pobre alma! En la oracion «no halla consuelo , en el confesor no en: Cuentra alivio, en las criaturas todo es tormento. qualquiera parte que mire, todo es penalidades y ahogos. Sin embargo, rodeada de tantas tribulacio- nes, no piérde la fé, ni la esperanza , y con una luz que allá como delejos la ilustra, persevera en el bien comenzado, y despues de algun tiempo se desvanecen las tempestades, se serenan las tormen= tas, los enemigos huyen, y el alma queda vence- dora de todos sus contrarios. ¿Y por qué? Ya lo he dicho, por executar los propósitos que se han sacado de la oracion: por hacer lo que se ha ofre-
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