BCCSAL000584-F-10000000000000

SOBRE LA NECES. DE LA ORACION. 207 que nos evidencian la necesidad de la oracion, nos convidan á varias reflexiones importantes que mas y mas nos persuadan la obligacion que tenemos de su exercicio. AS ; Porque en efecto, amados mios, es menester confesar de buena fé, que el único negocio impor- : tante, el asunto solamente necesario es el de nues- tra salvacion. Si nos salvamos seremos felices por toda- la eternidad , aunque en la vida presente ha- yamos sido desgraciados , mendigos, enfermos , per- seguidos y calumniados: si nos. condenamos , nada nos podrá aprovechar haber vivido alegremente qua- tro dias sobre la tierra, abundando en delicias, en riquezas, en juegos , en mesas expléndidas , en galas «exquisitas, en palacios magníficos, y en tados los pasatiempos mas encantadores del siglo: nosotros lioraremos con lágrimas eternas, pero infructuo- sas, nuestra desgracia. Para no caer en el infierno, y subir al cielo, necesitamos precisamente dos co- sas, huir los vicios, y practicar las virtudes; y ni uno ni otro podemos hacer sin la oracion. Ella nos alcanza las fuerzas necesarias para resistir al pecado, y por ella se-nos dan los auxilios opor= tunos para practicar la virtud. + a -- Suponed un jóven, una doncella , un hombre, una muger de qualquier grado y condicion que sea, la- mentándose como el Apóstol San Pablo , por los es- tímulos de su carne: de su rebelde carne, digo, que €nemiga de las leyes del espíritu contradice y repug- na todo freno; y apetece, busca: y solicita quanto le acomoda , aunque sea atropellando la ley inmaculada del Señor , los vínculos del.parentesco, y los fueros de la amistad : este jóven, esta doncella: este hombre, esta muger saben, enseñados por Salomon , que el don de la continencia es un don del cielo; que no po- demos tenerle si Dios no nos le concede: Quia non LL 2

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz