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SOBRE LA NECES: DELLA ORACION. 263 Otros, que acometidos de las sugestiones del malig- o espíritu, que incesantemente nos rodea por si puede conseguir el devorarnos, no necesitaremos orar continuamente para no ser sorprendidos de sus astucias ?¿ Nosotros, que experimentamos dentro de nosotros. mismos una ley repugnante á- la: recta razon, y 4 la ley inmaculada del Señor , de quánta prudencia: y oracion deberemos revestirnos para no dexarnos. vencer de un enemigo doméstico que cuenta” con la mitad «de mosotros? ¿Qué «pretex- to podremos alegar, qué: razones proponer, qué excusas aparentar para mo dedicarnos á la oracion? Acaso, ¿qué no es necesaria. ?.C eo poder mostraros lo: contrario en esta primera doctrina. «¿Por ventu- ra,6 mas bien por desgracia-,-pensareis que no es fácil, ni es útil este santo exercicio ? Pienso ha= ceros ver en la segunda doctrina su grande facili- dad, y su utilidad inmensa. Puede ser que por: úl= timo querais representarme que no sabeis hacer oras cion ; pero si: llegais :á convenceros, como lo es- pero, que ella es fácil, que es útil y que es ne- cesaria, ¿de qué podrá serviros esa ignorancia cul- _pable en el tribunal de Dios? Sin embargo, quie- To condescender con vuestra debilidad, y enseña- ros en la tercera doctrina el modo de hacer ora- ción prácticamente. | 0 - Aqui teneis, amados mios, el plan de esta doc- trina y de las dos siguientes. ¡Feliz yo si acierto á explicarle como deseo; y felices vosotros si os dedicais desde este momento «con firmeza y perse- verancia á: practicarle! Desde luego:os aseguro con el Padre San Agustin, que «si -acertais 4 orar bien, acertareis igualmente á vivir cristianamente : Rec- te. novit vivere, quí recte movit orare (a). No lo du- (a) Homil. 4, ex 50, E | JE IT

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