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"py RE A A cion que causó, y los efectos que produjo (a). - XXI tectura, y voy 4 referirle para su satisfaccion , la sensa- En quanto 4: lo primero, conoce Vm. bién la facilidad que'hay'en excitar las lágrimas y la conmocion por el ter» ror, y la suma dificultade extraer las de la ternura, es+. - pecialmente si nose hiere:4 los hombres en cosa que les toque muy de cerca. Tambien conoce Vm, la firmeza y - gravedad (otros les dan otros nombres) demuestro carác- ter Aragonés, pues sepa que la mayor parte del inmenso é:ilustrado concurso humedeció bien sus ojos, quando en el centro del discurso hablaba este Obispo de su visita al último reo de pena capital, y quando en la peroracion ex- hortándonos por nuestro propio interés al consuelo de los encarcelados, y describiendo la vicisitud de las cosas hy. manas manifestó la facilidad con que todos pudieramos vernos en estado de desear la beneficencia 4que nos exhor. taba, y concretó4 su'misma sagrada persona el exemplo de una sensible transformacion de fortuna. En quanto á losegundo, Vm. ha visto que este es un pueblo labrador, en que ni el dinero se adquiere con abundancia, ni-se expen: de'confacil ida d ) y.en que por «consiguiente dos socorros se hacen en moderadas cantidades; pues sin embargo los socios que en ambas puertas de la Iglesia estaban en la de- manda de limosna para los pobres presos recogieron á la salida de la funcion mas de dos mil y seiscientos reales, Amigo mio: yo habia deseado muchas veces el que á este Orador le diesen Feligresía propia, pero ya anulo y revoco estos deseos; y revistiéndome en este momento del carácter del barbero de Don Quixote, digo : que el Padre Santander debe ser entre nosotros el Nestor de Py- lo ; sin domiciliopropio, quisiera que nuestro Gobierno le destinase á persuadir á los pueblos lo conveniente en la política y en la moral. Yo no dudo que los preocupa- (a) Este sermon sc imprimió en Zaragoza , y se reimori ahora alía del tomo tercero de esta obra, e %: E