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2409 e poctriNa XVITI,. ¿ Y si por atender á estos particulares intereses dece el público, cuya salud debe sernos tan ama. da? Que padezca: poco me importa. Logre yo cy. lotar 4 mi familia, 4 mis amigos, á mis recomen. dados, y mas que se atrasen los intereses del pú. blico, mas que se desatiendan y empeoren. ¡Bárba. ro y cruel lenguage! ¿Y la caridad de Jesucristo en dónde está? ¿Y el derecho natural que manda sacrificar el bien particular en beneficio del bjep comun , á nada obliga? Dime: ¿el Soberano no ex. pone un exército, no aventura una armada por sos. tener y conservar la monarquía ? ¿Tu misma mano | sale al encuentro, y se expone al peligro quando . ve amenazada la cabeza ? ¿Por qué así no lo haces tú? ¿No es esta la obligacion de la caridad? Lo . es mo solo de la caridad , sino de la justicia , cuyos derechos se invierten y trastornan con tan irregular conducta. ¿Para qué os ha dado Dios ese poder de “conferir empleos y dignidades? ¿Es por ventura para que como dueños y señores despóticos los deis - á quien mas os agrade, sin discernimiento, y sin consultar las leyes de vuestra religion? Pues os en- gañais señores mios. Oid al Príncipe de los Após- toles: Unusquisque sicut accepit gratiam in alte- rutrum ¿llam administrantes , sicut boni dispensatores multiformis .gratice Dei (a). Cada uno de hosotros, de- cia el Santo Apóstol , debe emplear el poder que re- cibió de Dios en utilidad de los otros, y no segun su propio capricho; acordándonos que no.somos dueños y señores de los empleos, sino ecónomos y fieles dis. pensadores en el nombre del Señor. Preguntad á San Pablo si la autoridad de los hombres es arbitraria, y os responderá que no: pues debe emplearse en la edificacion de los demas, y no en su daño: Ln edi- (a) Epist. 1. Petr] c. 1v. v, 10»

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