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- DELA OBLIGACION, «XC, 237 - sonas (a); sino tambien porque obra derechamente contra Dios, despreciando ó desatendiendo los inte- ' reses de su gloria. Es un principio incontestable que todos estamos obligados á contribuir al acrecenta- miento de la gloria del Altísimo: no es menos cierto que quanto mas cabal es un hombre, «quanto ma- yores méritos le adornan , tanto mas cumple fiel y cristianamente el cargo óÓ ministerio que se le en- -comendó. Y de estos dos incontestables principios se infiere necesariamente, que estamos obligados á pro- Ñ curarle 4 Dios los mas dignos ministros , sea. para - el sacerdocio Ó para el imperio. He dicho con ad- vertencia los mas dignos; no precisamente los mas sabios Ó mas piadosos. Puede ser un sugeto muy sa- bio, puede ser muy piadoso, y no ser á propósito para un empleo. He dicho que se deben dar 4 Dios - aquellos sugetos que, atendidas todas las circunstan- cias , son los mas cabales, los mas á propósito para cumplir las obligaciones del empleo en que se los colocó. Lo entendereis mas claramente de esta suerte. - Si un amigo ó un pariente os hubiera encargado le buscarais un criado, y hallando vosotros qua= tro mozos, el uno de prendas muy sobresalientes . y en todo cabal : los otros tres mas inferiores en pren- das y ménos apropósito; y sin embargo eligierais uno de estos para criado de vuestro amigo , dexan- do el mejor, el mas apropósito, el que se consideraba - ——masútil, y que mas fielmente le serviria , ¿diriamos entónces que procurabais el bien de vuestro amigo ó pariente? De ninguna suerte. ¿Pues qué, los inte- reses de Dios son ménbs apreciables que los de vues- tro amigo? ¿No será pecar contra Dios ponerle en e La) -Nulia erit distantia personarum, ¡ta parvum audietis ut mag- Num; nec accipietis cujusquam personam, quia D teron. Cáp, 1. Y. 17. BIBLIOTECA: PADRES GAPUCHINOS A aa — a e ña e A o IGLESIA DR JESÚS - MADRID " E - $

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