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"e Y 150 DOCTRINA XI. « exemplos de pureza por la honestidad de su con, ducta, y la integridad de sus costumbres. Y añade, que este mismo Emperador dice. en aquella céle. bre ley, que no le parece justo que un marido pres - tenda que su muger sea casta, no guardando. él la castidad. La doctrina del Padre San Gerónimo es del todo conforme á la de San Agustin. Entre no. sotros, dice, en nuestra santa religion lo que estg prohibido á las mugeres, lo está igualmente á los hombres; y en lo perteneciente á la pureza, ellos y ellas tienen las mismas obligaciones. - 050 Pero á qué fin detenernos en estas autoridades, - aunque tan respetables, quando tenemos terminan= te la doctrina de San Pablo, que dice: la muger no tiene potestad en su cuerpo, es del marido: éste tampoco es dueño de su cuerpo, lo es la muger; y de estas palabras se deduce evidentemente que el adulterio es igualmente prohibido al uno que al otro, y que ambos tienen una misma obligacion de guar= darse fidelidad Á | Este es un pecado horribilísimo , contra el qual todas las leyes civiles, canónicas y divinas fulmi- aan formidables penas. Sus circunstancias demues= tran ciertamente su enormidad. Primeramente se me directamente á la solemne promesa que han hecho recíprocamente los casados de guardarse una' inviolable fidelidad. En segundo lugar se opone al - órden de justicia, que pide no se despoje á nadie del derecho que legítimamente ha adquirido; y ya dexamos dicho con el Apóstol San Pablo, que ni el marido ni la muger son de sí mismos,y que violan la justicia quando entregan su cuerpo á quien no deben. En tercer lugar es injurioso este pecado: -£ los hijos, porque hace incierto su nacimiento. Lo.quarto llena de confusiony desórden las fami- lias, poniendo en ellas unos intrusos que pretenden
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