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DE LAS OBLIGACIONES , Xc. 147 - proporcion de su persona (a).» ¡Hermosísimas pala- bras que abrazan excelentes reglas de la moral cris- tiana! ¡O, pluguiera al cielo que jamas habláramos en la cátedra del Espíritu Santo sino con las palabras de la divina Escritura y de los Santos Padres! ¡Qué pura sería nuestra doctrina! ¡Qué sólidos nuestros razonamientos ! ¡Qué útiles nuestros discursos! Y si en toda materia deberiamos observar esto ,-¿quánto mas en la presente, en que se trata de reprehender á aquellos hombres que no son maridos , sino adúl- teros de sus propias mugeres, como con expresion profunda los llama San Ambrosio, pues abusan del santo matrimonio para los excesos de la mas des-. templada concupiscencia ? ¿Cómo i struiremos á es- tos en una materia tan ignorada, y de las mas fa- tales conseqiiencias, sin herir la pureza de los oidos virginales? ¿Qué partido podremos tomar en este apuro ? ¿Callaremos , dexando que se pierdan tan- tos por su lamentable ignorancia ó su malicia ? ¿ Ha- blaremos , exponiéndonos acaso á4 proferir alguna expresion, que, aunque involuntariamente, perju= | dique? ¿Cómo llenaremos con dignidad el encargo de anunciaros la inmaculada ley del Señor ? Pero ya encuentro, amados mios,el hilo para salir sin peligro de este enredoso laberinto. Callaré yo, y hablarán las divinas Escrituras. Nada diré yo, y serán los Santos Padres los que prediquen. Oid , que así habla Dios por su grande Apóstol San Pablo: hombres, amad á vuestras mugeres con un amor puro y casto, como Jesucristo amó á su Iglesia, para que sea vuestro lecho inmaculado,y el ma- trimonio venerable en todos: Honórabile conmu- bium in omnibus, et thorus immaculatus (b). Pagaos ll (6) S. Gregor. Nacianc. epist. 155, -(b) S, Paul. ad Hebr--<, x11. Y, 4. TS"

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