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142 DOCTRINA XI]. er Christus dilexit EcclesiaM.....« Nemo enim tinquids carnem suam odio habuit (a). da Pecan contra este indisputable principio aquellos maridos de genio áspero y feroz, que apénas en. tran en su casa alzan la voz, y 4 la manera deug leon que ruge la aturden con sus gritos, la escan- dalizan con sus maldiciones y juramentos, y no 34- ben mandar cosa alguna sino entre reniegos y ex- presiones insolentes. Estos hombres, Ó estas fierás, no merecen el título de maridos, sino de tiranos. Ad= vierte (le dice S. Ambrosio 4 un hombre casado, ing. truyéndole en sus obligaciones) que no eres. señor de tu muger sino marido. Quando te casaste no tomas- te una criada, ni una esclava, sino una muger. Dios te estableció para'conducirla y gobernarla,'no para dominarla y oprimirla (b). Faltan tambien grave. mente á esta obligacion aquellos maridos que habién- dose entregado á la ociosidad ó al juego, y perdi- do su dinero, vuelven de mal humor á su casa, y - maltratan con palabras desabridas 4 su muger, ha- P ciéndola pagar la pena E ellos merecian por su ociosidad y su desorden. Este abuso del poder que Dios y la naturaleza les concede: este imperio ab- sóluto que ellos usurpan , destierra de las familias la paz, y llena las casas de discordias. Porque viendo las múgeres que sus maridos riñen sin causa, alzam éllas la voz,y llenan la casa de alaridos, quan- do no sean maldiciones é improperios contra sus .ma- fidos y sus malas compañías. ¿Y 4 la verdad, dice Saa Crisóstomo, qué sociedad , qué union: puede ha- ber entre los casados, quando la muger tiembla 4 la vista “de su' marido, y el marido vive con su Muger cómo Con una esclava, y no como con mna- per- de « £ yt 3 « BIS pots (a) 5, Paul, ad Ephes. cap . Y v.25.et 29... 3 8: Anillos, a Exrib 11D Capo o ON

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