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126 - DOCTRINA X. otra, y pedirles que exáminen bien las cosas delante - de Dios , y que resuelvan lo que entiendan ser-con= forme 4 su adorable voluntad. Si no lo hicieseis señores solteros y solteras , Vuestra salvacion se ar. riesga. Si así lo practicasteis, señores casados y casa. das, vivid tranquilos de que estais en el estado para el que Dios os quería, y procurad a animosamente cum. plir sus obligaciones. Grave y enormemente pecan contra esta obligas | cion aquellos jóvenes, hijos por lo comun de gente ilustre, que sin vocacion al venerable clericato reci. ben pingiies beneficios eclesiásticos en su menor edad,. disfrutan sus rentas, pasan lastimosamente la vida,ó lo. mas. florido de su edad en placeres y luxurias, y luego que se les presenta una gran boda, dexan- los eneficios y se casan. Estos infelices deben restituir - 4 los pobres y 4 las Iglesias quanto iniquamente per- cibiéron , y hacer uña severa penitencia: por sus des. . Órdenes. Pecan tambien todos aquellos que habiendo hecho sus estudios pasan á la corte á sus pretensiones para lo primero que salga. Si por la Iglesia, 4 la Igle= sia: si por la toga ,ó otro empleo secular, porél; y así sale ello, deshonrando luego con su mala con- ducta.el empleo eclesiástico 6 secular , que tomároa sin Je ogasion de Dios»: | 3 SEGUNDA. Esta, señores, es necesaria para el acitrto: en el estado del matrimonio, mas no basta: es menester además pensar seriamente aceréa de las personas con quienes se debe casar. Esta advertencia es de la ma- yor importancia, no solamente para la felicidad de la otra vida, sino tambien para .el bien estar , paz y reposo de la presente. Porque ciertamenne nada es mas capaz de inclinar un marido á- la yirtud,

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