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DE LA CONFESION GENERAL. 87 “Tlorarlas, que esto siempre es justoy obligatorio, porque no sabe el hombre miéntras vive si es digno de ódio ó de amor,si Dios no se lo revela. En tercer lugar es muy útil y conveniente la confesion ge- neral 4 «todos los que obtienen ó acaban algun em- pleo de grande responsabilidad en los pueblos: por exemplo, los magistrados y todos. los dependientes de los tribunales, los procuradores del comun , los administradores de mayorazgos, capellanías ó fábri- cas de Iglesias ú hospitales: los depositarios de los bienes de obras pias, de los propios:de los pueblos, los tutores, curadoresy otros á este modo, aun quan- - do no obren con malicia, fraude ó engaño; porque en tal caso la confesion general no solo les seria con- veniente, sino precisa y necesaria: hablo únicamen- te con los que le parece que obran bien en tan deli= - cados empleos, y no obstante les damos este conse- jo, por parecernos muy útil. Porque á la verdad son muchas Jas necesidades y apuros en que un hombre puede verse miéntras vive; y teniendo dinero á la mano es fácil salir de ellas, y luego olvidarse de al= gunas partidas, quedaf sin concluir algunas cuentas, dexar pendientes algunos asuntos , que por falta de claridad producen innumerables perjuicios. ¿ Quién podrá numerar los que causan un alcalde indolente, un escribavosastuto, un procurador dormido, que aparentando hombría de bien, como ellos dicen, y porno hacer mal á nadie eternizan las causas, no dan expediente pronto á los asuntos, y.causan mu= chos mayores males con la tardanza, que los que ocasionarian con una precipitada sentencia? ¡Ay! ¡Quanios pupilos, quántas huérfanas, «quántas viu- das lloran inconsolables por el descuido en adju- dicarlas sus hijuelas, en ajustarles sus cuentas, en darles lo que les pertenece de sus mayores! ¿Quié-= nes son los que en el dia defienden los derechos ina-

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