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64 0 DOCTRINA V:; | a mandando exércitos y conquistando provincias co! mo los Fernándos, Luises y Casimiros: no viajan. do hasta los extremos de la tierra por las entume. cidas olas de los mares como los Gamas, Canos Colones: sus acciones eran comunes, eran imitableg á toda clase de personas, aunque el espíritu con que las vivificaba fuese santo, sublime y verdaderamente divino. Las almas justas le procuran imitar en ellas, Jesucristo oraba y trabajaba en el templo y en el taller de su padre exístimativo San Josef: ellas tam- bien oran y trabajan. Jesucristo ayunaba y se re. tiraba al desierto huyendo para enseñarnos á huir los aplausos del siglo: :las buenas almas -ayunan y se retiran. El Señor fué tentado en la soledad y so: bre el pináculo del templo, y venció las: tentacio= nes: las almas justas procuran tambien vencer las tentaciones del enemigo que en todas partes las per- sigue. Nuestro amable Jesus comia, bebia, dormia, visitaba 4 sus amigos Lázaro, Marta y Magdalena, y asistia á varios convites que le hicieron el Fari- seo, Mateo, Zaqueo y otros: así lo practican las almas buenas , rectificando estas acciones comunes de la naturaleza y del trato con las gentes. Si las almas justas se' ven injuriadas, calumniadas, encar- celadas, castigadas en sus personas, desterradas, ó de otro modo injustamente sentenciadas, se acuer- dan que tambien lo fué Jesucristo, y procuran imi- tarle en sus virtudes. Si las.almas: buenas visitan los enfermos, enseñaná los ignorantes, predican el Evan: gelio., y padecen hambre, sed, cansancio , t enen presente que todo esto lo practicó y padeció Jesu- cristo; y 4 su imitacion van reformando en sí mis- mos el viejo Adan, y transformándose en hombres perfectos en Cristo: Jesus, como lo practicaba San Pa- blo: Ut exhibeamus hominem perfectum in Christo JOstiinO Ed. 200 E tpritss ss” ¿or 8% e

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