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| 5 » que lo hagan por-medio de la imprenta ,:$upues- ee to que hay libertad.” A esta prevencion del Sr. Obispo respondí:'«w Sr., yo no acostumbro pre- ” dicar por ese estilo, y así no tema V..I. que » yo nombre la Aurora, ni otros impresos que aun » no estén prohibidos; pero yo. no puedo menos » de predicar contra las malas doctrinas contra=, y rias á la Religion, que se yan estendiendo y pros y pagando.” Eso si , me respondió S.L. «e Las ma» » las doctrinas impugnarlas, confundirlas y ani- » quilarlas. ” He aqui la prevencion del Sr. Obisw po, mi objecion, y su ultima: respuesta, tan ca- tolica y prudente. -Conque tenemos , que el Sr. Obispo me previno que no. predicase nominada= mente contra la Aurora y demás papeles que aun no estén prohibidos; pero que impugnase y con= fundiese todas las doctrinas( y por consiguiente los libros. que las enseñan ) contr riasá la Reli= gion Sc. > + Ahora pregunto yo al autor de-las Reflexio= nes ¿como? ¿quando? ¿ y en que he: desobedeci= do yo «el mandato del Sr, Obispo? Gito por 'tes> tiguosá los mismos editores de la: Aurora; no probarán, mi podrán decir con verdad ; que en mis sermones.nombrase yo tal periódico, ni una sola vez, Hablé si en general de: los impresos in- solentes, impios, anti-religiosos; pero en este cas so á nadie se tacha , cada uno debe tomar p si lo quele toca. De: uno. solo hablé en particú- lar y nominadamente , esto es, del Pacto social de Roseau; que impreso en Valencia bajo la pro- teccion de los-Franceses, en mala hora vino á