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de 4 a DASS Mé A. ESDE NMeniado OS a e MN OS de varias (82) tener. algun contacto..Tan desordenado fue el piadoso «anhelo de los fieles , que no bastando la sañuda resistencia de ctíatro granaderos armados, y de muchos religiosos que le. rodeaban, para que dejasen de quitarle las flores que adornaban el féretro, y de tocar en:él sus rosarios, por sí ó por medio de-alguno de los religiosos, que lo eustodiaban ; bubo,de dispon«r la conocida prudencia del M.. R..P, Provincial que presente se hallaba , le sacasen de la Iglesia, para. poder 4Jo menos celebrar las debi- das exequias, que son comunes en casos semejantes. Bastante pareció por entonces este arbitrio, pero luego se reconoció in- fructuoso; pues no siendo posible-con todo.eso cantarle , como; acostumbramos el oficio.entero de difuntos y hubieron de con+ tentarse por aquella ocasion con una vigilia sola y el oficio de sepultura, y.se la dieron no sin dificultad , en el sitio comunde los demas. Ailsespera. la universal resurreccion , entre tanto que su alma goza. con inmortal gloria dos premios de sus fatigas , de sus virtudes, y de su egemplarisima: vida. «Asi nos lo persuade la piedad de una falible humana fe ¿ y: los varios prodigios que despues de su fallecimiento se advierten egecutados ¿en los que al contacto de alguna de sus reliquias , y aun 4 la-sola invoca, cion de su nombre , han hallado. en su íntercesion , 2 podero+ so valimiento. Entre ellos.una señora tan lastimada de un pe» cho , que para hacerle la operacion habian dispuesto los: ciru= janos recibiese los santos sacramentos , con solo aplicarse una flor de las que estuvieron sobre el cuerpo del dicncradigablados, quedó repentinamente sana. Otra desauciada de los médicos, re: cobró la perdida salud con una de dichas flores. Otra con-el miss; mo apósito, de un rabioso dolor de muelas. Otra que lloraba im= pedido el movimiento de su cabeza. Otro sugeto conocido, apli- cándose un poco de sayal á una pierna , que por un casual de- sastre, despues de mucho padecer , se manifestaba ya cance= rada , 6. cerca de ello, en juicio de los facultativos , quedó instantáneamente libre de su achaque. Cuatro de tercianas y cuartanas , que tomando algunas hilas de su sayal en agua ú otra de sus reliquias, en la fuerza del frio ó de la calentura, han conseguido, que deteniendo su curso , terminase en aquel punto su dolencia. No solo en Cádiz donde murió, sino tambien en esta villa