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(71) : En los muchos* años, que padeció la molestia de aquel oculto grano, que ya dije, manifestó con evidencia lo puro-de su castidad. No permitió jamas descubrir á persona alguna su accidente : y llevado en alas de este espiritu, hubiera ocultado siempre su dolencia 4 no verse obligado de la necesidad , para valerse de quien se lo medicinase. Solo.én semejantes urgencias se yalía de la caridad de un religioso confidente , para-que-su- pliese su imposibilidad en órden á curarse por si mismo. Bien pudo decia aqui con el sabio nuestro Venerable difunto : super salutem , et speciem dilexi ¿llám (173): que amó y estimó mas su honestidad y pureza, que-su misma «importante salud. Agradóse el cielo tanto de los esmeros sautos , que en con- servar su limpieza tuvo este amador de la castidad, que quiso acreditarlo con un singular prodigio. Entre las casi innumeta= bles ocasiones que entró en su celda el religioso enferméro que le asistia , advirtió en una de ellas quela ropa de la cama en que yacia postrado el siervo de Dios despedia de sí una fra= gancia estraordinaria. Admirado del suceso que acreditaha ya da repetida esperiencia, llamó á un padre sacerdote para que Yiese si era cierto lo que él reconocia ,á- fin de que siéndolo diesen los dos testimonio de su verdad (174). Hallado por éste ser asi en realidad aquel olor.maravilloso, aplicaron la-aten= cion¡á examinar con cuidado, si-habia indicio alguno de haber- se quemado en la celda algun incienso: y no hallando aun señales de que asi-fuese , y viendo que en sola la ropa de su uso persistia. aquella fragancia , se confirmaron en que era por- tento con ¡que acreditaba Dios la santidad de su siervo. Es tan delicada esta virtud de la castidad; que solo puede conservarse entre las espinas deda-mortificaciony«penitencia, Esta no consiste precisamente en-esteriores austeridades, añ» tes bien éstas sin las del espiritu-ó-del hombre interior, de vada sirveam ni aprovechan. La principal mortificacion, es la que gefrena las pasiones y apetitos del ánimo. y sus. torcidos afectos €:inclinaciones (175). Enel egercicio, de ésta ¡fue exace tísimo nuestro Venerable dittanto , procurando traer siempre raya:todas sus potencias y sentidos , porque su carne no Se re. velase contra el espíritu con quien sabia que estaba en continua (173) Sap. 7. 10. (174) Deuteronom. 19. 15. et aliíbi, (175) S. August. Serm. 20. de Sanct. Peni- 41 tencia. AAA AR o 2tit AA

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