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(36) en los últimos puntos de espirar. Vino, el P. Miguel á hacer en este pueblo la mision referida de 66, y sabedor de esta fataliz dad, dirigió 4 su remedio sus diligencias y oraciones. Pasados. algunos dias de principiada la mision, en los cuales no hubo quien pudiese reducir 4 este infeliz, 4 que asistiese á lo menos á un sermon , se llegaba el fin de todos ellos , y como es, cos=. tumbre llevar en solemne procesion el-santísimo Viático , para que los impedidos puedan ganar el jubileo , estrañando él tanta solemnidad , é inteligenciado de loque era, se le oyó decir entre amargas lágrimas y suspiros: ¿Es posible que para todos hay remedio, y que no ha de haberlo para mí? Singular alborozo causaron estas espresiones en el que las escuchaba. Corrió á dar aviso á nuestro. Venerable difunto , y no pudiendo éste por entonces ir á visitarlo , hubo de suplir su falta. uno de sus religiosos compañeros. Llegó éste con al- gunas otras personas , dieron principio con exortarle y persua= dirle se fuese con ellos á la Iglesia; pero nada adelantaron. Es- tando en esto entró el Padre Miguel, y mandando salir 4 cuan* tos alli estaban , quedó solo con el afligido hombre. Hablóle al oido por, algun espacio de tiempo. Esplicóle las circunstancias de una buena confesion, y. cuanto pertenece 4. el Santísimo Sa- cramento de la Eucaristía,.y concluyó diciéndole: Ea, preven= te para de aqui á tres dias hacer conmigo «una confesión general de toda la vida. Sin hablarle mas palabra, ni esperar respuesta, se volvió á los suyos, y con ellos á la Iglesia, repitiéndoles por el camino: Esto: no quiere mas, que :esplicarle. la doctrina, el modo de confesarse, y dejarlo; : Á los tres dias volvió á estar:con su nuevo convertido el Venerable Padre, y luego que entrando en aquel lóbrego des- van lo saludó con el .4ve María , asegura aquel hombre se sin- tió movido: de un vehemente superior impulso, que le obligó á que respondiese: en gracia concebida. Obtenido este triunfo, fué Dios servido de perfeccionar esta su-obra. Desde luego pa= só á oir el sermon de aquella noche; y-continuó «hasta el últi mo : en cuyos intermedios hizo su general confesion con mues- -tro Venerable difunto, con tanto gusto y satisfaccion de su es- píritu, que no 'cesaba de dar 4 Dios repetidas alabanzas ,. y aun lo comunicó á muchos, para que le ayudasen á dar las de- bidas gracias á el obrador de:tanta maravilla. El dichosó convertido, no solo mejoró de-vida en lo espiri-

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