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23 | me alcanceis de su Magestad que abrase mi corazon en su divino amor y fije en mi alma la contínua memoria de su Pasion santísima, así como vos, Santa mia, tuvís- teis presente todo el resto de vuestra vida , este dolorosísimo objeto, para que asi con- siga alabarle en vuestra compania elerna> mente en la gloria. Amen. CONSIDERACION. e Considera cómo la mañana del vier- nes llevaron al Señor con la misma fu- ria á casa de Pilato, donde aquel cobar- de juez le hizo varias preguntas, y Co- nociendo la inocencia del Señor quiso eximirse de la causa, mandando llevasen á su Magestad á casa de Herodes, que deseaba conocerle. Mira cómo entra el Señor en la sala, y aquel hombre indig- no le dice que haga milagros y le li- brará de la muerte, á cuya temeraria pro- puesta no respondió el Señor palabra al- guna. De este silencio, tan lleno de mis- terios y de enseñanza, se irrita el juez, y manda que vuelvan al Señor á casa de