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RS 19 | - de mi alma, cómo no me castigábais? Por qué, mi Dios, si no hallaba vuestra justicia el azote porque lo tenia escondido vues- tra misericordia, por qué no dábais li- cencia á los elementos para que me des- truyesen, á las paredes y techos que me cubrian para que me oprimiesen, á mis propios humores para que me sofocasen? ¡Ay, Jesus mio! ¿Y qué fuera de mi si en- tonces hubiera muerto? Los Angeles os alaben, misericordia mia, porque me ha- beis dado tiempo y conocimiento para ar- repentirme, y esperar en esa bondad in- mensa que me habeis de perdonar. Tened, Jesus mio, misericordia de mi. | Se tendrá sobre lo dicho un rato de me- dilacion, y luego dirán todos la siguiente - ORACION, Crucificado Jesus, Padre amantísimo de mi alma, yo os doy infinitas gracias por haber padecido tanto por nosotros, y 0s pido con todo el afecto de mi corazon, por la prisa y tropel con que os llevaron á ca- sa de Caifás, por los tormentos, injurias y desprecios que pasásteis en toda aquella